Toronto ha desarrollado, desde 2007, iniciativas que van más allá de la tecnología, al implementar alternativas brindadas por la naturaleza. La más importante: el aire acondicionado verde, generado a partir de las heladas aguas del Lago Ontario
Gisselle Acevedo
Toronto, la urbe con mayor superficie de Canadá, inmersa en el desarrollo del primer mundo en todos los sentidos, tiene una población aproximada de 2.5 millones de habitantes. Hace cuatro años se comprometió con el Live Green Toronto, un programa de la ciudad enfocado al freno total del cambio climático, la calidad del aire y energía sustentable. Dicho plan incluye más de 100 proyectos verdes y tiene como objetivo primordial la reducción en un 80 % de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2050 (lo anterior, basados en niveles de 1990).
Para ello, el Live Green Toronto promueve y apoya una serie de actividades, que buscan la reducción de la emisión de dióxido de carbono. Entre las iniciativas más importantes, destaca el sistema conocido como “limpio” de aire acondicionado, el cual fue adaptado para su utilización en varios edificios oficiales y oficinas en 2007, y que utiliza como fuente de energía las profundidades y las bajas temperaturas del Lago Ontario.
Este innovador sistema rebasa por mucho los índices de ahorro establecidos por aparatos convencionales, ya que los canadienses han actuado de forma contraria, al emplear el agua de más baja temperatura que pueden encontrar cerca durante el verano.
Se trata de un sistema eficiente e ingenioso que funciona a base de tuberías muy extensas (aproximadamente unos 5 kilómetros), las cuales son introducidas en el lago para llegar hasta la zona más profunda. Es preciso indicar que el lago tiene una profundidad de 86 metros y las tuberías del sistema miden 83 metros, punto donde se alcanzan temperaturas de hasta 4°C. Dichas tuberías inician el funcionamiento, al conducir el agua hacia un sistema de filtrado. Posteriormente, pasa a otros de transferencia de calor, colocados estratégicamente en la orilla del lago, donde se encuentra un segundo conjunto de tuberías. Éstas provienen de los edificios que utilizan este tipo de aire acondicionado y traen agua procedente del mismo (que se encuentra a temperatura ambiente, en verano hasta 35 °C).
Sin mezclarse en ningún momento, ocurre la transferencia de calor entre el agua fría y la caliente, la cual inmediatamente es devuelta al cauce de la tubería que conecta con los edificios, pero liberada de una gran parte de su energía térmica, recogida por el agua helada del lago.
Concluido el procedimiento, el agua del lago sigue su camino habitual hacia los embalses, que suministran hasta el 15 % del agua potable de Toronto.
El costo del ya mencionado sistema de aire acondicionado alcanzó 200 millones de dólares, pero sus ahorros y su nulo daño ambiental han hecho que los inversionistas recuperen fácilmente su inversión.
Cabe mencionar que el ahorro energético estimado que trae consigo este sistema rebasa los 60 kW de potencia electrónica en verano, dejando atrás, por mucho, a la eficiencia que pueden proporcionar los aparatos de aire acondicionado convencionales; con el plus de que el agua bombeada se reutiliza para el consumo humano.
Toronto no es el único lugar donde se emplea este tipo de iniciativas. Por mencionar algunos, el sistema de agua fría también es utilizado en Estocolmo, Suecia, que particularmente maneja agua de mar, así como la Cornell University; sin embargo, el proyecto instalado en Toronto es el de mayor proporción a nivel mundial.
Este tipo de alternativas son óptimas para sitios localizados cerca de lagos muy profundos o costas; pero el interés radica en lograr cambios que no repercutan en el ambiente y puedan ser adaptados a cualquier sitio, echando mano de los beneficios que otorga la naturaleza, en favor de la calidad de vida de los habitantes.
a) Nuevo sistema de tuberíasb) Antiguo sistema de tuberías
c) Isla Planta de filtrado d) Estación John. Estación de bombeado e) Estación Simcoe de Enwave. f) Planta de enfriamiento |
Iniciativas
Aunque no a la escala que anteriormente se menciona, uno, desde su hogar u oficina, puede reducir los altos consumos energéticos generados por un sistema de aire acondicionado, tan sólo adoptando ciertas medidas sencillas y cotidianas:
- El desarrollo de aislamiento térmico en edificios y viviendas
- Evitar la entrada del sol, mediante persianas, cortinas y toldos, o cristales térmicos
- Aprovechar las horas de baja temperatura en el exterior (por la mañana y por la noche) para ventilar la vivienda u oficina
- Sustituir el uso de aparatos de aire acondicionado por los clásicos ventiladores, que tienen un consumo muy inferior y evitan los problemas de alergias o molestias que, con el aire acondicionado, pueden aparecer o agravarse
- Al optar por la adquisición de un aparato de aire acondicionado, es recomendable adquirir uno con etiqueta ecológica y energética de clase A, y actuar de forma responsable, poniéndolos en marcha sólo cuando sea necesario.
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