En un contexto marcado por la transición energética, la sostenibilidad y la necesidad de profesionalización, el Clúster Energético del Estado de Nuevo León ha tomado un papel protagónico. Su director general, Eleazar Rivera Mata, combina su formación como químico industrial con más de 15 años de experiencia en organizaciones técnicas, asociaciones internacionales y la gestión pública. Conversamos con él sobre los retos que enfrenta la industria, las sinergias entre sector privado y academia, y la urgencia de cambiar la manera en que entendemos la eficiencia energética en México.
Una visión desde el consumo: el reto energético de Nuevo León
“El 70% de la energía que se consume en Nuevo León tiene como usuario final a la industria. Eso cambia todo”, explica Eleazar Rivera, al hablar de una de las principales conclusiones de su etapa en la Agencia Estatal de Energías Renovables. Frente al imaginario colectivo que vincula la transición energética con la generación, Rivera apuesta por mirar hacia el consumo: “Hay una joya escondida en la eficiencia energética. Aprovechar racionalmente los recursos es clave”.
Desde su experiencia como presidente del Capítulo Monterrey de ASHRAE y su participación en comités técnicos globales, Rivera ha impulsado una agenda que reconoce el impacto del aire acondicionado en el balance energético de edificios e industria. “En un estado como el nuestro, donde el calor es constante, la climatización representa un reto de primer orden. Por eso la eficiencia no puede quedarse solo en el discurso”.
El Clúster, como paraestatal, se sostiene sobre una triada: industria, academia y gobierno. A través de comités especializados en marco jurídico, cadenas productivas, capital humano e innovación tecnológica, han articulado mesas de trabajo con usuarios finales, grandes consumidores y expertos. “Hoy tenemos a empresas como Ternium o Cemex sentadas con nosotros, hablando de eficiencia, sustentabilidad y redes eléctricas. Todo empieza desde lo local”.
Capacitar para transformar: alianzas y programas
Una de las iniciativas más sólidas del clúster ha sido el desarrollo de 49 guías de eficiencia energética, disponibles de manera gratuita en línea. Diseñadas con base en la matriz industrial de Nuevo León, estas guías buscan orientar a empresas y profesionales en prácticas de bajo consumo y alto impacto. “Vamos por una edición 2.0. Las guías surgieron de las necesidades reales de nuestros socios”, comenta Rivera.
Además, el clúster trabaja en conjunto con el Banco Interamericano de Desarrollo para definir una hoja de ruta sobre habilidades energéticas en el estado. “Queremos saber hacia dónde orientar la capacitación, cómo conectar a los futuros profesionales con las empresas. No se trata solo de formar técnicos, sino de preparar líderes”.
En ese camino, han establecido convenios con asociaciones nacionales e internacionales como ASHRAE y la Association of Energy Engineers (AEE), promoviendo certificaciones como la CEM (Certified Energy Manager). También colaboran con la HR Expo y están explorando alianzas con CONOCER para fortalecer la certificación de competencias.
“El conocimiento ya existe. No hay que reinventar nada. Lo importante es sumar, compartir la oferta de valor y construir un ecosistema donde todos ganen: industria, academia y usuarios”.

Refrigerantes, conciencia y futuro: los desafíos que vienen
Consultado sobre los principales obstáculos que enfrenta el sector HVAC en términos de sostenibilidad, Rivera no duda: “La transición de refrigerantes es un tema global. Pero también lo es la concientización del usuario final. Puedes tener el mejor equipo, pero si se elige solo por costo inicial, se pierde eficiencia a largo plazo”.
El desafío, señala, es doble: por un lado, crear mecanismos financieros que faciliten el acceso a tecnología eficiente; por otro, comunicar el valor real de la eficiencia energética. “Hay que llegar al tomador de decisiones, al servidor público, al ingeniero que diseña y al usuario final. Eso solo se logra con capacitación continua y mucha pedagogía”.
Nuevo León ha comenzado a construir ese camino. El clúster prepara jornadas de eficiencia energética en colaboración con municipios y la Secretaría de Desarrollo Urbano Sostenible. “Vamos a reunir estudiantes de preparatorias técnicas, universidades y profesionales para estudiar juntos los temas clave. Es una inversión en futuro”.
Rivera subraya el compromiso del clúster con la descarbonización y la resiliencia energética. “Hoy, alrededor del 12% de nuestra energía proviene de fuentes renovables. Queremos más, pero también necesitamos asegurar que cada watt se use bien”.
Una transición que necesita sumar a todos
“Nosotros no compramos energía, compramos lo que podemos hacer con ella”. La frase, tomada de uno de los líderes de las mesas de trabajo, resume la visión con la que el Clúster Energético de Nuevo León ha promovido una cultura de eficiencia práctica y cercana.
“Lo que buscamos es que las empresas establezcan sistemas de gestión de la energía, que se conecten entre ellas, que aprendan unas de otras. Hay muchas acciones pequeñas que pueden marcar una diferencia enorme”, comenta Rivera. Para él, evitar la llamada “ceguera de taller” es una prioridad. “Quienes están todo el día en la operación tienden a pensar que todo está bajo control, pero a veces no ven oportunidades de mejora que tienen justo frente a ellos”.
Desde la gestión pública, la academia y la industria, el Clúster trabaja para crear redes de aprendizaje y acompañamiento que permitan acelerar este cambio de mentalidad. “No se trata solo de reducir costos o cumplir normas, sino de construir una nueva manera de producir, consumir y convivir con la energía”.
Hacia adelante, el reto es mantenerse preparado. “El sector energético cambia rápido. Lo que hoy es tendencia mañana puede ser estándar. Por eso trabajamos con la visión de anticipar escenarios, de formar talento y de estar listos para lo que venga”.
Y concluye: “La eficiencia energética no es solo un reto técnico. Es una decisión cultural, económica y ética. Si todos los actores del sector compartimos esa visión, la transición no sólo es posible. Es inevitable”.