Durante la AHR Expo México 2025, celebrada en Monterrey, el ingeniero Roberto González, especialista de aplicaciones en Copeland, ofreció una conferencia magistral titulada “Arquitecturas de enfriamiento que promueven la reducción de la huella de carbono”. Su intervención abordó con claridad las tendencias globales del sector HVACR y las soluciones tecnológicas que impulsan la transición hacia sistemas más eficientes, seguros y sostenibles, centradas especialmente en América Latina.
Descarbonización con base técnica y sentido ambiental
Desde el inicio, González subrayó que América Latina enfrenta una doble presión: por un lado, la urgencia de reducir emisiones en la generación eléctrica; por otro, la necesidad de disminuir fugas de refrigerantes contaminantes en los sistemas HVACR. “Entre el 75 % y 85 % de las emisiones de CO₂ equivalentes en la región provienen de la quema de combustibles fósiles”, explicó, y puntualizó que el sector debe contribuir al cambio no solo con innovación en compresores, sino también con una visión integral que contemple digitalización, salud, seguridad alimentaria y sostenibilidad.
Una parte central de su exposición fue la diferenciación entre sustentabilidad y sostenibilidad. Mientras la primera busca proteger los recursos naturales y reducir el impacto ambiental, la segunda integra también factores sociales y económicos. “Migrar de refrigerantes como el R-404A hacia sistemas transcríticos de CO₂ no solo mejora el desempeño energético; también fortalece la reputación de las empresas y capacita mejor a su personal”, ejemplificó.
En esta línea, destacó la adopción de gases de bajo potencial de calentamiento global (GWP), como el CO₂ (R-744), el propano (R-290) y los refrigerantes sintéticos ligeramente inflamables A2L, como el R-454B y R-455A, señalando que su éxito depende de cumplir con cuatro criterios: seguridad, rendimiento, compatibilidad normativa y viabilidad económica.
Refrigerantes naturales y compresores centrífugos: una nueva era
González enfatizó que, aunque el propano parece la opción ideal por su bajo GWP y eficiencia, su alta inflamabilidad limita su aplicación a sistemas de pequeña carga. “La seguridad no es negociable”, insistió. El CO₂, por su parte, representa una excelente alternativa pero requiere instalaciones más complejas, control electrónico avanzado y personal altamente capacitado debido a su comportamiento subcrítico y transcrítico.
En cuanto a innovación tecnológica, el ingeniero presentó el nuevo compresor centrífugo de Copeland, una pieza sin aceite ni rodamientos mecánicos, capaz de operar a 45,000 revoluciones por minuto. “Este compresor aprovecha la fuerza centrífuga para comprimir el refrigerante y flotar en su propio gas, reduciendo la fricción al mínimo”, explicó. Añadió que se trata de una solución ideal para chillers y grandes instalaciones que buscan eficiencia extrema y menores costos operativos.
A lo largo de la ponencia también se detallaron las soluciones para refrigeración comercial, alimentos y transporte, con compresores scroll y de tornillo que emplean desde HFOs hasta CO₂ y R-290. González recordó que Copeland no solo diseña compresores: también ofrece válvulas, sensores, termostatos y sistemas de control compatibles con refrigerantes A2L y tecnologías digitales de monitoreo remoto.
América Latina ante los desafíos regulatorios y técnicos
La transición hacia tecnologías más limpias en la región enfrenta obstáculos relevantes. González identificó barreras como la escasez de expertos, la falta de regulaciones claras, la fragmentación del mercado y una tendencia a priorizar el costo inicial sobre el costo total de propiedad. “La clave está en adoptar un enfoque holístico, donde la eficiencia energética, la seguridad, la normativa y la economía converjan en cada decisión tecnológica”, concluyó.
Para cerrar su participación, González ofreció una dinámica interactiva con el público. Preguntas sobre el compresor centrífugo, las diferencias entre sustentabilidad y sostenibilidad, y los niveles de inflamabilidad del propano permitieron al público llevarse un obsequio, pero sobre todo, un conocimiento más profundo de los retos y soluciones del sector.