La conferencia de la ingeniera Karen Rubio, titulada “Clima controlado, calidad garantizada: el papel de la deshumidificación en las operaciones eficientes de los supermercados”, destacó la importancia del control de humedad como un factor decisivo para la conservación de alimentos, la eficiencia energética y la sostenibilidad de las cadenas comerciales.
Rubio subrayó que un supermercado mal diseñado desde el punto de vista climático puede incrementar su consumo eléctrico hasta en un 20%. La razón es clara: la humedad excesiva exige mayor esfuerzo de los equipos de refrigeración y compromete la calidad de los productos frescos.
La ciencia detrás de la humedad
La especialista explicó que el aire contiene vapor de agua y que su comportamiento se mide en la carta psicrométrica. Al reducir la temperatura, el aire alcanza el punto de saturación, momento en el que ya no puede retener más humedad y comienza a condensarla. Este fenómeno, bien administrado, permite regular las condiciones del ambiente interior.
“Entre un 40 y un 60% de humedad relativa evitamos la proliferación de ácaros, bacterias y virus. Ese rango no solo mejora la calidad del aire, también protege la salud de los consumidores”, señaló Rubio durante su exposición.
La ingeniera puntualizó que el diseño de un sistema de deshumidificación debe adaptarse al clima de cada región. Sin embargo, muchas cadenas replican modelos estándar sin considerar la humedad ambiental de cada zona. “El error de copiar un diseño sin adaptarlo genera pérdidas energéticas y operativas”, advirtió.
El mapa climático de México muestra regiones cálidas y húmedas donde el exceso de vapor en el ambiente acelera el deterioro de alimentos y eleva el gasto eléctrico. En contraste, en zonas templadas la exigencia recae en mantener un equilibrio que no reseque el ambiente. Cada caso requiere un proyecto a la medida para garantizar ahorro y desempeño.
Soluciones técnicas y resultados
Existen dos tecnologías principales: la deshumidificación por condensación y la deshumidificación por absorción. La primera utiliza serpentines fríos y calientes para retirar el agua del aire; la segunda emplea ruedas desecantes que capturan el vapor gracias a su afinidad natural con la humedad.
Rubio presentó ejemplos concretos donde la implementación de sistemas de control redujo costos de operación y mejoró la calidad del ambiente en áreas de venta. “Un supermercado que adopta un esquema de deshumidificación eficiente no solo disminuye gastos, también asegura la conservación óptima de frutas, verduras y carnes”, afirmó.
En su exposición mostró casos en los que la instalación de equipos híbridos permitió estabilizar el confort térmico en condiciones extremas de humedad exterior. Estas soluciones, además de proteger la mercancía, prolongaron la vida útil de los sistemas de refrigeración, ya que los equipos dejaron de trabajar bajo cargas excesivas.
La ingeniera resaltó que el retorno de inversión de estos proyectos puede observarse en plazos cortos. Los ahorros en mantenimiento, la reducción en el consumo eléctrico y la mejora en la experiencia de compra del cliente justifican la inversión inicial.
Un compromiso con la sostenibilidad
Más allá de los beneficios inmediatos, la deshumidificación se alinea con los objetivos globales de sostenibilidad. En México, donde gran parte de la electricidad aún depende de fuentes fósiles, reducir el consumo en los supermercados representa una oportunidad para disminuir emisiones de gases de efecto invernadero.
Rubio recordó que, de acuerdo con la Agencia Internacional de Energía, la demanda eléctrica en América Latina crece cada año debido al incremento en climatización y refrigeración. Por ello, optimizar los sistemas de control ambiental en supermercados se convierte en una medida estratégica que impacta tanto en lo económico como en lo ambiental.
“Pequeñas acciones en conjunto generan un gran cambio. Ajustar la humedad en un supermercado puede parecer mínimo, pero su impacto acumulado es enorme en términos de energía y huella de carbono”, concluyó Rubio.
La conferencia dejó en claro que la ingeniería aplicada al control de humedad no solo resuelve un problema técnico; también construye un puente hacia un futuro donde la eficiencia energética y el cuidado del planeta forman parte del mismo objetivo.